DESPEDIDA DE CASADA EN ARGENTINA

Para todas aquellas que todavia no se animan y piensan que no se deberia celebrar un divorcio, alli les va esta noticia:

Muchas salteñas desdramatizan el divorcio y ahora eligen festejar
''Te invito a mi... ¡Despedida de casada!''

Una moda de Estados Unidos desembarcó en el país y llegó muy rápido a Salta: brindar por el fin del amor. Los tiempos cambian y muchas mujeres salteñas contratan strippers y viven una ruptura modernizada.

En Argentina, el país donde sobran motivos para hacer una fiesta, surge tímida pero creciente una nueva excusa para celebrar: el fin del amor, la separación y el divorcio. Directamente importado de Estados Unidos, este rito llegó, medio a oscuras pero exultante, a la tradicionalista tierra de Güemes.

Cuesta creer, pero las mujeres salteñas están a la contagiosa moda del festejo. La consigna es: "Te invito a mi despedida de casada".
Los expertos ven el origen de este cambio de actitud en la creciente aceptación del divorcio y la separación como una fase más en la vida. De ahí la necesidad de instalar rituales para marcar etapas importantes.


Son las cifras crecientes de divorcios las que contribuyen a ver el fenómeno como algo natural y no como una tragedia.
Despedirse de la soltería es una tradición de vieja data, pero celebrar su retorno es "re-moderno". De acuerdo a un análisis psicológico "festejar la separación puede ser un mecanismo de defensa para neutralizar la triste experiencia de la ruptura". Una especie de ritual de compensación.

Las fiestas de divorcio en Salta son pequeñas aún y adoptan formas variadas: cena casera con sorpresas "al desnudo", reunión en el karaoke, en un pub, confitería o boliche. Los dueños de locales salteños ya hablan de la afluencia de divorciadas que se reúnen a brindar, bromear y reir por el fin del matrimonio.

En grandes ciudades como Buenos Aires y Córdoba, las fiestas de divorcio tienen marketing propio. Los organizadores de eventos ofrecen para estas ocasiones el viaje "volver a empezar", la torta "de liberación" y la "lucha libre en el barro".
En definitiva, el festejo de recién divorciada es el símbolo de una nueva etapa y la forma de expresar las ganas de hacer "borrón y cuenta nueva". Una tendencia que las salteñas adoptan cada día con menos lágrimas y más euforia.

Una historia

Alejadas de lo trágico, muchas mujeres tienden a ver la ruptura de la pareja con sosiego y optimismo con el estímulo de volver a ser libres. Es el caso de la salteña Miriam G. quien se definió como una "alegre divorciada". Esta mujer de 43 años, representante de muchas otras de "la edad" en que más cunden las separaciones, contó que "cuando me separé comencé a pensar en rehacer mi vida porque me siento joven. Lo que no pensaba era celebrar el divorcio pero demoraron tanto los trámites judiciales y son tan tediosos que llegó un momento en que dije: cuando salga la sentencia voy a festejar".

Destacó que "era un decir, una broma que terminó concretándose porque cuando logré firmar el último papel, con unas amigas organizamos una salida a una confitería y brindamos con champagne por mi libertad".

Cualquiera pensaría que al ex marido de Miriam G. "es mejor perderlo que encontrarlo", sin embargo, ella opinó que "es un buen tipo, buena onda con él pero ahora cada uno con su vida. Si me pongo a hablar comenzaría a pasar facturas, después de todo uno no se divorcia por cosas vanas ¿no?. De hecho sufrí bastante y ahora, sin él, estoy mucho mejor".




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